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Rodolfo Valencia - Encargado de Comunicaciones - Seremía Tarapacá

publicado a la‎(s)‎ 19 dic 2013, 11:35 por Usuario desconocido   [ actualizado el 19 dic 2013, 11:47 ]

Rodolfo Valencia lleva 8 meses trabajando en la Seremía de Tarapacá como Encargado de Comunicaciones. En un día normal lee, analiza la prensa e informa, sistematiza información social e institucional de la región, administra el gabinete del Seremi, se dedica a las Relaciones Públicas, contacta a la Seremía con los medios regionales de comunicación, diseña productos, comunica lo que sucede en la región, ejerce como community manager en las redes sociales institucionales, y como si fuera poco, además atiende a requerimientos de las diferentes unidades del Nivel Central.  Todos lo llaman “Don” Rodolfo. Deduce que es porque es el más viejo del equipo, pero a veces cae en la tentación de pensar que les inspira respeto.

Enfrentamos a Rodolfo al "Cuestionario Minagri" y éstas fueron sus respuestas:

 ¿Qué te gusta de trabajar en el Ministerio?

Me encanta la seriedad de un trabajo bien pensado y bien planificado… coherente en tanto está en línea con los objetivos ministeriales y las metas presidenciales. En términos definitivos, el gran respaldo que tenemos todos desde el Nivel Central, es lo que permite sentirme cómodo y contento.

 Si pudieras ser otra persona por un día ¿quién serías?

Yo sería el alcalde de ese pueblito que aparece en el bucólico valle pintado a las espaldas de la Gioconda de Leonardo ¡Felicidad absoluta!

¿Con qué sueñas?

Con volver a empezar… para ser mejor, aunque sean 100 gramos, 2 centímetros, 15 minutos… pero mejor persona.

Algo para tomar un día de mucho calor…

Limonada helada con Limón de Pica.

 Tu epitafio…

Cada vez que me hacen esta pregunta me tiento con responder con la más clásica de las groserías chilenas. Pero éste no es el lugar, así es que mi respuesta será formal y elegante: “Aquí vive Rodolfo Valencia Magna, quien murió durante 95 años”.

Película preferida

“El Padrino”, la triada completa. Si no lo sabrá mi apellido materno…

Si no te dedicaras a lo que te dedicas ¿qué te hubiera gustado ser?

Esposo de mi mujer. Ella vive esperando el día de mi jubilación y Dios la ama, porque quiso casarse con un periodista. En materia de paciencia, ella es… ¡perseverante!

¿Qué es lo que más te gusta de tu familia?

Que tienen todas y todos la maravillosa vocación de estar en casa cuando más les necesito. Y que siempre parten del supuesto que yo soy inocente.

¿Qué fue lo que más te gustó de tu educación?

Mis profesores/as. Sobre todo quienes me dieron formación básica. Fue increíble usar las clases de tercero básico para aprender detalles finales en tercero universitario. Lejos, les debo lo que sé, lo que tengo, lo que soy.

Lo primero que piensas cuando te despiertas…

¡Otra vez voy a llegar atrasado!

 ¿Cuál ha sido tu mejor disfraz?

Ufff, odio disfrazarme. Me encantan mis corbatas, mis jeans, mis camisas deslavadas, mis chaquetas de dos tallas más grande… Pero eso me hace ser yo mismo nomás.

 ¿Cuál ha sido tu peor maldad?

Haberme robado una de mis alumnas en la universidad y dejármela para mí… con el consentimiento de su madre, la angustia de mi padre, la firma de un oficial civil y la bendición de un cura amigo que sueña con presidir la ceremonia de renovación de votos nupciales.

¿Cómo te gustaría que te recordaran?

Como un periodista que nunca se cansó de escribir, un esposo que nunca dejó de hacerle clases a su única alumna favorita y un padre que siempre vio a sus hijas y a su hijo como como esas personitas que hay que entender.

¿Qué te gustaría que te regalaran?

Dos pasajes a Europa con estadas en Londres, París, Venecia, Roma, Barcelona y Atenas… Nada más.

¿Cuál fue el último libro que te leíste?

“Un Mundo para Julius” (Brice Echeñique). Tengo la manía de leerlo primavera por medio.

Equipo de fútbol

El único posible: La “U”… la de Sampaoli, la del doctor Orozco, la del Tata Riera, la de Leonel, la que nos hizo saltar el tablón y la que me permitió tener 2 hijos, dos hijas, cuatro nietas y dos nietos… ¡todos azules!

(Bueno, mi señora es la de Católica, pero la acepté tal como venía, asumiendo que nadie es tan perfecto).


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